Italia prohíbe que maestros hablen temas LGTB y que activistas gay entren a las escuelas
El Parlamento de Italia aprobó la semana pasada una ley que prohíbe a los maestros abordar temas LGBT, identidad de género y sexualidad en las clases de primaria y secundaria sin el consentimiento expreso de los padres. Además, la legislación impide de forma clara la entrada de activistas LGTBI en los colegios públicos y privados del país.
La medida, presentada y defendida por el partido Fratelli d’Italia y apoyada por la coalición de gobierno de Giorgia Meloni, responde al principio de “primacía del derecho de los padres en la educación de los hijos”, uno de los puntos centrales del nuevo marco educativo.
El nuevo texto legal estipula que cualquier actividad, taller o material didáctico relacionado con orientación sexual, diversidad de género, identidad de género o nuevas propuestas familiares debe ser aprobado previamente por los padres, quienes tendrán la facultad de negar el consentimiento para sus hijos.
El proyecto fue impulsado tras múltiples protestas sociales y cartas de asociaciones parentales que alertaban sobre la “presencia excesiva” de temas controvertidos en los planes escolares y la realización de charlas con activistas externos en horario lectivo sin autorización familiar.
“El respeto al derecho fundamental de los padres a decidir y a estar informados del tipo de educación sexual y de valores que reciben sus hijos capta cada vez más consenso en Europa”, declaró el diputado Fabio Rampelli, uno de los impulsores de la ley.
Por su parte, la ministra de Educación, Giuseppe Valditara, defendió la decisión argumentando que la neutralidad educativa debe preservarse y que “la escuela no es lugar de adoctrinamiento ideológico sino de aprendizaje en libertad bajo la supervisión de las familias”.
La ley también prohíbe expresamente que ONGs y activistas LGTBI ingresen a los centros educativos, eliminando talleres, charlas y materiales externos que no cuenten con el aval paterno, tanto en escuelas laicas como confesionales.
La disposición ha generado un amplio debate nacional e internacional. Defensores del nuevo marco legal aseguran que no se trata de discriminación, sino de restaurar el equilibrio entre el derecho de los padres y el papel del Estado. “La ley viene a proteger a los niños de campañas ideológicas ajenas al consentimiento familiar”, opinó la diputada Maria Teresa Bellucci.
En contraste, organizaciones LGTBI han protestado señalando que es un retroceso en derechos y que invisibiliza realidades, pero la legislación obtuvo una mayoría sustancial tanto en la Cámara como en el Senado, expresando el respaldo popular a la iniciativa.
El Washington Post resalta que Italia se suma así a otros países europeos que refuerzan los controles parentales ante el avance de la agenda woke en entornos escolares, reabriendo el debate sobre los límites y alcances del pluralismo en la educación pública.
Diversas asociaciones de madres y padres han aplaudido la medida, recordando que la educación en cuestiones sensibles corresponde prioritariamente “al hogar y a las convicciones familiares”, con el apoyo —no imposición— del sistema escolar.
Fuentes oficiales recalcan que la ley no impide el respeto y la protección contra la discriminación LGTBI dentro del entorno escolar, pero sí prohíbe “imposición doctrinal” sin consulta a los padres.
Este es un claro ejemplo del principio de subsidiariedad: el Estado respeta la primera responsabilidad educativa de las familias, permitiendo a los padres ejercer una vigilancia activa sobre el tipo de formación y valores que se les transmite a sus hijos.
La resolución convierte a Italia en uno de los países más firmes en la defensa del consentimiento parental obligatorio para temas de identidad de género y sexualidad, sentando un precedente para futuras discusiones en Europa sobre el rol de la escuela, la neutralidad educativa y la libertad de conciencia.
FUENTE https://www.bibliatodo.com/

